LA ESCASEZ DE MAQUINARIA- RevSobreOru

En el último año, la industria de la maquinaria se ha visto golpeada por el impacto de la emergencia sanitaria del covid-19. Primero, con una suspensión de actividades obligada, y más tarde, por las diversas restricciones tanto locales como internacionales que ralentizan la marcha de una economía globalizada.

Actualmente, por ejemplo, la falta de semiconductores que genera un retraso en la producción de microchips y, por ende, de varios dispositivos electrónicos: En Brasil, Volkswagen suspendió 10 días la producción de vehículos en las plantas de São Paulo y Paraná. Pero estos componentes no sirven únicamente a la industria automotriz o de la maquinaria pesada, sino que también participan en la producción de pasaportes y la agricultura.

Esta escasez se explica precisamente por el cierre obligado de fábricas por la pandemia de covid-19. La misma pandemia, favoreció una alta demanda de computadoras, tabletas y consolas de juegos. Estos últimos, dispositivos más complejos que integran varios microchips.

En este punto, Asia juega un papel central ya que de ahí provienen el mayor número de estos componentes. Tan sólo más del 60% de los microchips vinieron de Taiwán el año pasado. Pese al avance de la vacunación, brotes de covid en el continente siguen afectando a los fabricantes.

Situación similar manifiesta el acero. En Europa, hasta hace un año un rollo de chapa de acero costaba 4,900 euros y actualmente alcanza los 9,000 €. La poca oferta, limitada por la restricción en importaciones, fue generada igualmente por pedidos masivos de compañías que buscaron protegerse ante el desabasto, causando a su vez, un encarecimiento importante.

Lo anterior, explica que todo el proceso de compra-venta de maquinaria se viera afectado.

Ya sea por la existencia de componentes, posibilidad de ensamblado, limitaciones para la distribución terrestre, marítima o aérea, las empresas han tenido que adaptarse y buscar alternativas para mantener su actividad en el mercado y responder a los clientes.

Para saber cómo se ha vivido y cómo se ha reaccionado a esta situación en México, entrevistamos a ejecutivos de diferentes compañías:

SANY – Oscar Omed, ejecutivo comercial zona centro

Las principales complicaciones de la fabricante china radican en la transportación de la maquinaria ya que el servicio de buques es escaso.

En cuanto a tiempos de espera, manejan un lapso de entre 90 a 120 días para equipo especializado o muy grande. No obstante, mantienen la entrega inmediata para equipos comerciales (excavadoras, cargadores, camiones).

De acuerdo con Omed, SANY anticipó una posible escasez de equipos comerciales en la región solicitando varios tipos de máquinas. De esta manera, aún tienen stock suficiente proveniente de Atlanta (Estados Unidos) o Panamá.

Estratégicamente la compañía tampoco alteró su plan de venta en cuanto a equipos especializados. Para su adquisición, se paga el 50% como anticipo y el 50% restante cuando las máquinas salen de China.

KOBELCO – José Osiris Tejeda, gerente de administración y finanzas en GILMAQ

Por su parte, Kobelco empezó a ver una disminución en la disponibilidad de sus equipos a inicios del segundo semestre del 2020 y desde el último trimestre de ese año han trabajado sobre pedido.

La prevención también fue una estrategia esencial para mantener sus actividades en este 2021. Anticipadamente, solicitaron maquinaria proveniente de Japón y Hangzhou (China).

Justamente, a nivel logístico, su mayor obstáculo se ha presentado en el traslado de los equipos. Antes de la pandemia, un barco podía conseguirse en 10 días, ahora puede tomar hasta un mes. Además, el transporte terrestre en Asia presenta otras complicaciones: los fletes duran de 5 a 6 semanas, a diferencia de las 3 o 4 que tomaban anteriormente. En suma, hay un costo elevado por la alta demanda y la poca oferta.

Por ahora, en los pedidos de la compañía se tiene disponibilidad de hasta 2 máquinas de 21 a 35 toneladas por cliente. En cuanto a ventas de 3 a 6 equipos, destinadas a proyectos grandes, las entregas tienen un estimado de 3 a 4 meses.

Puesto que la empresa aún no cuenta con inventario, mismo que esperan tener en el segundo trimestre de 2022, están priorizando pedidos con mayor número de equipos. Otra de las estrategias establecidas por Kobelco es apoyar a sus clientes a través de la renta de máquinas. Para atenuar el tiempo de espera, la compañía renta un equipo similar al solicitado por el tiempo que tarde en llegar la máquina, además, el monto del arrendamiento queda a cuenta en la compra.

De acuerdo con Osiris, las previsiones de Kobelco establecen una posible regularización logística a mediados del próximo año.

KOMATSU – Ricardo Arroyo, gerente de sucursal Bajío

Para el área de México el impacto inmediato pudo resistirse gracias al amplio inventario, tanto de equipo nuevo como usado, de 2020 ubicado en México y Panamá.

Previo a la emergencia sanitaria, la compañía establecía tiempos de espera de un mes. Ahora, estos lapsos han tenido que alargarse por la dificultad de traer los equipos desde Japón; los buques ofrecen contenedores disponibles gracias a cancelaciones de otras empresas; no obstante, dicho espacio aumenta de precio. Cuando se requiere, Komatsu compra el espacio absorbiendo el excedente por completo, es decir, no lo adjudica al cliente.

Komatsu mantiene tiempos de espera de un mes en cuanto a equipo comercial. Cuando tiene lugar un contratiempo debido a situaciones de logística, la marca da una compensación a través de servicios gratuitos, herramientas de desgaste o cuchillas dependiendo del equipo. Si la situación presenta una complicación mayor, Komatsu renta una máquina similar con un precio mínimo. La compañía únicamente solicita un anticipo en pedidos de equipos especializados que deben fabricarse, para estas solicitudes los tiempos de espera son de 4 meses.

Komatsu México, realizó un pedido grande de maquinaria comercial para tener disponible en stock y, por ahora, prevén una regularización logística entre marzo y abril de 2022.

JOHN DEERE – Carlos Sánchez, director comercial del área de construcción

En el caso de John Deere, la planta ubicada en Estados Unidos avisó a mediados de 2020 que lo tiempos de entrega se alargarían por la falta de piezas, semiconductores y acero. Igualmente, comunicó que estarían atentos a un ajuste en los precios.

A comparación del año pasado cuando un pedido de planta, traído desde Brasil, Estados Unidos o China, tardaba 2 meses, ahora puede tardar hasta 7 meses.

Para solventar la parte de equipos comerciales, la compañía estableció un sistema de planeación de proyectos y de venta a futuro de acuerdo con previsiones de venta para tener un inventario completo. En la región del bajío, únicamente registraron dos semanas con ausencia de equipos. Para continuar con esta línea, la fuerza de ventas tiene una mejor comunicación con el cliente para planear de manera conjunta.

Actualmente, John Deere mantiene su política de ventas: el anticipo se solicita cuando se trata de maquinaria específica.

Las estimaciones de la fabricante ven un flujo completamente normalizado en el año 2023.

Aun cuando hay una reactivación cada vez más evidente, el mundo todavía combate las secuelas de esta pandemia. La actividad industrial, en sus diferentes ramas, tendrá que ir encontrando nuevos caminos y establecer redes más ágiles para hacer frente a la rigidez de unos engranajes con marcha atrofiada.

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