Por Luis Herrera, Director Senior de Procore para Latinoamérica
México, junto con Estados Unidos y Canadá, serán sede en el verano de 2026 de la meca del fútbol a nivel global. Esta es una gran noticia para todos los que somos aficionados a este deporte; sobre todo, por la posibilidad de vivir de cerca la emoción y la pasión de los encuentros que genera este torneo. Sin embargo, esto también representa (para los tres países) el desafío de tener lista, en poco más de tres años, no sólo su capacidad e infraestructura en estadios, sino también, la modernización y optimización de sus servicios de hospedaje y transporte.
Esto no es un tema menor si se considera la relevancia del evento. Y es que luego de que se diera a conocer, en 2018, que las tres naciones compartirán su organización, una de las cuestiones con mayor pertinencia es la necesidad de construir y habilitar instalaciones para recibir, transportar y hospedar visitantes de todo el mundo.
Todo este panorama entra de lleno con la construcción y el uso de la digitalización para agilizar, mejorar y hacer los procesos de edificación más eficientes; algo importante cuando se inicie la remodelación de estadios, hoteles e infraestructura para el transporte.
ESTADIOS EN EL DESIERTO: ¿CÓMO LO LOGRARON?
Cuando Catar fue seleccionado como anfitrión del torneo, la decisión generó una gran controversia. Y es que las preocupaciones abarcaron, desde los desafíos logísticos, hasta la forma en que se las arreglarían jugadores y aficionados en un país con temperaturas que superan los 40 °C.
Al respecto, no hace mucho tiempo, Doha, la capital de este país, distaba de la imagen moderna y futurista que presenta este año. Sobre todo porque, luego del descubrimiento de petróleo en ese territorio años antes de la mitad del Siglo XX (1939), su poder adquisitivo aumentó a tal grado que, después de conformarse como un estado independiente, su economía vino a transformarse en una de las más importantes.
Todos estos datos explican cómo este pequeño país asiático, ubicado en medio del desierto arábico, logró destinar $200,000 millones de dólares para ser sede de este evento deportivo (el más caro en su tipo), construyendo y modernizando ocho estadios, un aeropuerto y una nueva línea del metro. De hecho, algunos de estos recintos, que cuentan con tecnología solar y de enfriamiento de temperatura, se mantendrán activos y otros serán desmantelados.
Sin duda, todo esto significó un reto que hoy debe tomarse en cuenta si se quiere replicar el éxito en 2026. En tan sólo poco más de cuatro años, Catar logró lo que parecía imposible: edificar y modernizar sus ciudades, a través de la digitalización de su construcción en medio del desierto, cumpliendo los plazos y los requerimientos que un certamen así demanda.
MÉXICO Y EL TORNEO DE FUTBOL MÁS IMPORTANTE: EL TIEMPO APREMIA
El país tendrá tres estadios que recibirán partidos durante la justa mundialista: el Azteca (en CDMX), Akron (Jalisco) y BBVA (Nuevo León) serán sede de 10 encuentros repartidos entre ellos. De éstos, el “Coloso de Santa Úrsula” es el más longevo, ya que fue inaugurado en 1966, lo que hace que requiera de una modernización casi total de su infraestructura; por su parte, los otros tienen 12 y 7 años respectivamente, haciendo que el reto sea a una menor escala.
A propósito de ello, cuando Catar recurrió a la digitalización para la edificación de los distintos proyectos de construcción, no se dio de manera aislada. Y es que, hasta hace pocos años, la documentación y avance de sus obras estaban poco coordinadas y no contaban con actualizaciones detalladas ni constantes; además, los trabajos sobre planos, al mismo tiempo de que se hacían en papel, provocan dispersión en la información y baja en la productividad.
Fue así que, con el uso de plataformas de gestión y administración, se demostró que los plazos y la calidad de la construcción de los recintos se cumplieron a cabalidad, resultando en lo que hoy asombra como uno de los torneos con estadios más modernos y con mayor tecnología para la comodidad de jugadores y asistentes.
Esto, para México no puede pasar desapercibido. Y es que si quiere tener a punto la infraestructura que agrupa a este torneo, necesita tener a la digitalización de la construcción como un aliado permanente.
EL PROYECTO PARA 2026: ¿SE VIENE UN BOOM DE LA DIGITALIZACIÓN DE LA CONSTRUCCIÓN?
Quedan tres años y medio para el próximo campeonato mundial. Confío plenamente en que, con el antecedente que se dio en Catar, el comité organizador de los tres países priorizará tecnología más actual para la modernización de las edificaciones. Si a esto le sumamos la inversión y la optimización que se haga para la infraestructura hotelera y aeroportuaria, podríamos estar ante un boom de la digitalización de la construcción en el país.
Así, en Procore estamos listos para ofrecer nuestra tecnología y servicios para aplicarlos en la edificación y modernización de infraestructura de cara a 2026. Con ello, estamos seguros, impulsaremos que México, junto con Estados Unidos y Canadá (países donde cada vez tenemos mayor presencia y hemos gestionado miles de proyectos de construcción) sean ejemplo de capacidad y visión para dotar de modernidad a los recintos que albergan el fútbol.
