Como parte de su estrategia de Economía Circular, CEMEX dejó de emitir más de 20,000 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera al aprovechar dos tipos de residuos de concreto. La transición hacia una economía circular, en la que todos los recursos deben reincorporarse a los procesos de producción tantas veces como sea posible, se ha convertido en una de las premisas de CEMEX dentro de su hoja de ruta en pro de la sostenibilidad.
El primer procedimiento consiste en reutilizar los remanentes de concreto de obras para la elaboración de clínker, elemento fundamental para la producción del cemento, tomando en cuenta los protocolos para asegurar que dicho material no se mezcle con otros residuos.
A través de Pro Ambiente, empresa filial, CEMEX recolecta el remanente en algunas de las plantas de concreto, para finalmente ser trasladado a la Planta de cemento en Monterrey. Esta labor ha permitido a la compañía aprovechar 350,000 toneladas de este material de residuos desde agosto de 2020 hasta la fecha.
Gracias a este proceso se han dejado de emitir a la atmósfera más de 21,000 toneladas de dióxido de carbono. Esta cifra equivale a sembrar 347,000 árboles que han crecido durante 10 años, de acuerdo con la calculadora de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.
El segundo método utiliza los escombros del concreto en varias ciudades del país para la producción de agregados reciclados que funcionan como la grava, arena o piedra triturada, base en la construcción de carreteras o rehabilitación de estructura.
Desde finales de 2021, la empresa ha reutilizado unas 800 toneladas de escombros de concreto para darles un nuevo uso. Este programa evitó que 2.2 toneladas de dióxido de carbono fueran emitidas a la atmósfera, equivalente a sembrar 36 árboles que han crecido durante 10 años o alrededor de 170,000 recargas de celulares.
La iniciativa de reutilización de residuos de la construcción también ha permitido un incremento de la
vida útil de las reservas de caliza y ahorros por concepto de retiro de escombros.
“Hacer un uso más eficiente de los grandes volúmenes de material que utiliza la industria de la construcción, mediante el reuso y reciclado de los mismos, es parte de la economía circular que estamos desarrollando, lo que nos permite generar nuevos materiales de construcción con mejores funcionalidades y con una huella de carbono menor.”
explicó Guillermo Díaz, Director de Pro Ambiente.