Por Luis Miguel Herrera, Director de Negocios de Procore Latinoamérica
Nos estamos acercando a un periodo crítico en la lucha global por detener el cambio climático. La creciente conciencia mundial sobre este fenómeno, y su reconocimiento como el problema compartido número uno de la humanidad, están comenzando a generar grandes presiones para que las compañías en todas las industrias implementen estándares medioambientales cada vez más estrictos y las mejores prácticas sostenibles.
Esta presión proviene tanto de la regulación gubernamental, como de tratados internacionales, de los consumidores sensibilizados e incluso de los nuevos criterios de sostenibilidad de jugadores proactivos en las bolsas de valores del mundo.1 La industria de la construcción no es ajena a este proceso, y que tenderá a profundizarse en los años y décadas por venir, acercándose a lo que ya ocurre en industrias como las de la manufactura, el transporte o el retail.
Para los jugadores en la industria de la construcción esto significa que vienen retos importantes de adaptación a un mercado con estándares mucho más exigentes, pero también oportunidades interesantes de liderazgo en la industria y posicionamiento mediático para las compañías más ágiles y proactivas en este proceso.
Ante este panorama, la tecnología para administrar los proyectos de construcción puede convertirse en una herramienta doblemente valiosa. La optimización de procesos y eficiencia en el uso de materiales que un software avanzado puede lograr para una compañía constructora, puede redituar también en adelantar sus procesos de cumplimiento para las nuevas regulaciones medioambientales y en la identificación de procesos y materiales que generan el mayor impacto ambiental.
Si bien en el caso de la industria de la construcción, los estándares de impacto ambiental frecuentemente dependen del cliente, una política de sostenibilidad proactiva por parte de las empresas puede transformarse en un valor agregado invaluable, posicionando a la empresa como un referente de responsabilidad social empresarial en la industria, lo cual a su vez puede traducirse en un activo de marca responsable y abrir posibilidad interesantes de cooperación con organismos públicos y privados orientados a fomentar prácticas sostenibles.
Un ejemplo reciente de ello es la constructora Turner en Estados Unidos, la cual ha alcanzado que la mitad de sus operaciones finalizadas sean consideradas “verdes”. La empresa ha agrupado a un equipo de más de 1,000 personas acreditadas bajo alguno de los múltiples sistemas de rating de construcciones verdes y una red nacional de 70 administradores de la sostenibilidad, quienes trabajan de cerca con la compañía para compartir las mejores prácticas.
Esta proactividad en la transición hacia modelos más sostenibles de construcción (apoyados fuertemente en herramientas tecnológicas), ha dado la oportunidad a Turner de convertirse en un vocero emblemático de este proceso para toda la industria, como lo demostró la participación de Mónika Serrano, su Project manager para la resiliencia en la conferencia Procore’s Groundbreak 2020 sobre tecnología en la construcción, donde impartió la charla sobre Diseño sostenible y construcción: “Retos y oportunidades desde la perspectiva latinoamericana”.
El modelo de sostenibilidad presentado por Serrano se basa en tres pilares: eficiencia ambiental, resiliencia y construcción verde, y tiene como uno de sus principales objetivos alcanzar la reducción a la mitad de todos los gases de efecto invernadero y consumo de agua en las obras en 2030. Para hacer de estos planes un proyecto viable, estas emisiones deben ser medidas sistemáticamente, al mismo tiempo que se monitorea su uso en cada obra y su rendimiento.
Una vez que se tiene una base de datos sistematizada sobre todas las obras en las que la compañía ha trabajado, es posible analizar los patrones de consumo de cada uno de los insumos nocivos, e identificar instancias en las que pueden implementarse ajustes que aumenten la eficiencia de materiales y contribuyan a reducir los desperdicios de manera importante.
En ocasiones, estos ajustes implican también ahorros significativos en materiales de construcción y consumo de energía: de acuerdo con el reporte «Cómo lograr un buen Retorno de inversión en Tecnología para la Construcción 2021» de Procore, el uso de software para la gestión de proyectos puede ahorrar un promedio de 10 horas por semana a los equipos de gestión e ingenieros de proyectos.2
Existen múltiples áreas de oportunidad en las que la industria de la construcción puede contribuir a la lucha contra el cambio climático, y aportar valor a sus comunidades haciendo mejores negocios. Los softwares de administración de proyectos de construcción están desempeñando un papel clave en la transición digital y sostenible en la industria y pueden convertirse en el mejor aliado de las empresas constructoras para encarar los retos de los próximos años.
1Mercado Libre, Crecimiento del consumo sustentable online: https://s3.amazonaws.com/mercado-ideas/wp-content/uploads/sites/2/2020/08/20194634/pdfresizer.com-pdf-resize.pdf
2Procore – Cómo Lograr un Buen Retorno de la Inversión en Tecnología para la Construcción 2021: https://www.procore.com/es/libros-electronicos/roi