A inicios de febrero la UNAM puso en marcha el Proyecto Colmena, la primera misión mexicana de exploración lunar; la iniciativa es acompañada por la Secretaría de Relaciones Exteriores, la Agencia Espacial Mexicana y el estado de Hidalgo.
La misión, que alunizará el próximo junio, está conformada por 5 pequeños robots de 60 gramos y 12 centímetros de diámetro cada uno. Los equipos serán colocados en la superficie lunar, previa instalación en la nave Peregrine de la estadunidense Astrobotic. Durante la presentación, el rector Enrique Graue expresó que esta es una ceremonia de celebración, pues muestra la fortaleza de la Universidad y sus institutos de investigación. Asimismo, recalcó los avances del Laboratorio de Instrumentación Espacial (LINX), con la participación de 200 alumnos quienes aplican la ciencia básica para transformar la realidad.
El rector celebró el interés del Estado mexicano en la ciencia aplicada para fortalecer el futuro de la nación; de la Cancillería por incluirla en las políticas públicas, así como del gobierno de Hidalgo por impulsar la innovación.
“Seremos breves para poder resolver, en los siguientes meses, la salida al espacio de estos dispositivos y tendremos que celebrar, en junio, su lanzamiento y, posteriormente, su llegada”.
Expresó Graue Wiechers en el acto efectuado en la Torre de Rectoría de la Universidad Nacional.
RELEVANCIA DE PROYECTOS CIENTÍFICOS
En su intervención, Marcelo Ebrard Casaubon, secretario de Relaciones Exteriores, señaló que:
“La función de la Cancillería es respaldar los proyectos científicos relevantes de México, esa es nuestra tarea, y en el caso del espacio le hemos atribuido un alto nivel de prioridad en la política exterior de México. [Es importante] estar a tiempo en las grandes transformaciones tecnológicas y científicas del mundo; podemos y queremos estar en todo, en todo lo que sea avance tecnológico y científico, todo lo que convenga a México.”
Por su parte, Omar Fayad Meneses, gobernador de Hidalgo, afirmó que la misión de este proyecto define una de las prioridades de futuro.
“El Proyecto Colmena resalta todos los valores de la UNAM y le da a la sociedad mexicana una nueva forma de ver y entender el mundo moderno, la confianza de que las cosas son posibles y que podemos superar nuestros propios límites. Se convertirá en un hito y cuando suceda, en junio próximo, es algo que la niñez y la juventud de México conocerán. Tal vez sea lo que inspire al próximo astronauta o al líder de las próximas misiones.”
Previamente, el responsable del LINX, del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM, Gustavo Medina Tanco, expuso que se vive una gran transformación de lo que se conoce como Espacio 4.0 y el Proyecto Colmena se inscribe en ella como una misión internacionalmente original; es la primera etapa de un nicho de tecnología espacial que se quiere desarrollar para que México sea un productor de bienes, riqueza, conocimiento y bienestar.
La misión plantea que robots actúen de forma autónoma y demuestren que pueden ser los exploradores y mineros del espacio.
Por su parte, Salvador Landeros Ayala, director general de la Agencia Espacial Mexicana, indicó el Proyecto Colmena refrenda que la ingeniería mexicana se encuentra al nivel de las mejores del mundo. Este será el primer proyecto mexicano de exploración lunar. Igualmente, adelantó que ya se trabaja en nuevos proyectos para generación de oxígeno y energía en la Luna con tecnología nacional.
Landeros subrayó la reciente incorporación de nuestro país al programa Artemisa de la NASA, en virtud de la invitación del gobierno de Estados Unidos.
EL INSTITUTO DE CIENCIAS NUCLEARES Y EL LABORATORIO DE INSTRUMENTACIÓN ESPACIAL ENCABEZARON LOS TRABAJOS
Luego de casi cuatro años de trabajo ininterrumpido, Colmena ya está instalada en la nave Peregrine. Desde noviembre pasado, los pequeños robots y el sistema que los contiene, fue integrado a la nave primero de forma mecánica, y después electrónicamente.
Cabe destacar que esta innovación es completamente mexicana, concebida, diseñada y construida en el Laboratorio de Instrumentación Espacial del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) con la participación de aproximadamente 200 alumnos de Ingeniería, Física, Matemáticas y Química.
Medina Tanco, líder del proyecto, destacó la culminación de los esfuerzos para diseñar, construir y validar este desarrollo tecnológico, “un gran hito”.
“Nadie ha hecho microrrobots tan pequeños para llevar al espacio como los que hicimos; es algo que se hace por primera vez en el ámbito internacional. Conseguimos, con muy poca masa, hacer una estructura capaz de soportar el viaje hasta la Luna.”
Gustavo Medina Tanco.
El Proyecto Colmena tiene el objetivo de desarrollar capacidades de microrrobótica para uso en ambientes espaciales y en superficies de cuerpos que carecen de atmósfera. La meta es que el país se integre a consorcios de investigación, exploración o explotación comercial, mediante actividades como minería en el espacio.
Al respecto, explicó Medina Tanco, una cantidad importante de la tecnología actual está basada en el uso de metales preciosos y tierras raras, que son abundantes en nuestro planeta, pero no en las partes superiores de la corteza terrestre, donde sería fácil su explotación comercial. En pocas décadas, materiales como el platino serán difíciles de encontrar. En esos momentos se volverá viable explotar esos componentes en las superficies de otros cuerpos, como lunas del Sistema Solar y, sobre todo, asteroides. Algunos de ellos, dijo, con un diámetro de un kilómetro contienen un trillón de dólares en platino. Otros ejemplos de gran importancia son tierras raras, Helio-3 y agua. Eso apunta al desarrollo de la minería espacial, donde Colmena sería una herramienta útil y novedosa.
“En vez de usar un robot grande que haga más o menos lo que hace un humano, se trabajará como lo hacen las hormigas o las abejas, en conjunto, donde cada quien hace un poco, pero entre todas suman un gran esfuerzo.”
PIONEROS
La masa total de los cinco robots y el TTDM (módulo de despliegue, telemetría y telecomandos), fabricados de metales como acero inoxidable, aleaciones de titanio y aluminio para uso espacial, es de sólo 605 gramos. Esto “representa un gran desafío en materia de miniaturización, ya que deberá resistir hasta 62 veces la aceleración de la gravedad debido a la vibración durante el lanzamiento, y temperaturas que oscilan entre menos 120 y más 120 grados centígrados; además de la radiación proveniente del viento solar”, por ejemplo.
Una vez que los instrumentos se conecten a la nave Peregrine, serán sometidos a pruebas de vibración, vacío, choques térmicos y radiación electromagnética.
Fuente: Gaceta UNAM
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